La Moral del Joven Líder

La unidad en la juventud, muchas veces parece utópica. Para muchos dirigentes juveniles es difícil reconocer el trabajo y las capacidades de otros. El sectarismo, el individualismo y el egoísmo, en muchos casos, son anomalías que corroen la conducta del Joven Líder, y se ve afectado directamente el trabajo que realiza en sus espacios naturales.

Para llamarse a sí mismo revolucionario, el joven líder debe autoevaluarse y permitir que lo evalué quienes lo siguen, aceptando las críticas para su crecimiento individual. El joven líder, debe renovarse, exigirse, dar ejemplo. Es necesario que practique lo que en sus discursos dice. La formación académica e ideológica ha de ser permanente, así como también el trabajo voluntario en las comunidades.

El joven líder debe aplicar el socialismo en su cotidianidad, aprender a vivir en socialismo y enseñar a los demás a vivir en socialismo. Entender y comprender el verdadero significado del compañerismo, de la camaradería, del trabajo en equipo, la inclusión de todos y en especial, reconocer el trabajo de los demás. Debe ser enemigo de la demagogia y el oportunismo, que son raíz de corrupción, y combatirlos con honestidad y humildad.

El joven revolucionario debe entender que si quiere dejar su huella en la historia, la farándula no es la opción, sino el trabajo constante en el seno del pueblo, pues será la gente quien reconocerá el mismo. Pero sobre todo, serán las futuras generaciones las herederas de lo que hoy haga o no para cambiar, lo que por deber patriótico, se le ha encomendado.

José Leal

25/03/2011